La resolución de problemas es “el proceso de avanzar hacia un objetivo cuando el camino hacia el mismo es incierto” (Martínez, 1998).
Aunque nos encontremos con problemas en nuestra vida diaria, algunos son más complejos, ya que implican más cuestiones y personas. La mayoría de las veces los resolvemos sin un guión, adaptándonos a las diferentes circunstancias, y esto es aún más evidente en un entorno cambiante.
No hay algoritmos que nos guíen hacia la solución, sin embargo algunos comportamientos pueden facilitar el proceso.
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Además, se han desarrollado algunas técnicas
Resolución estratégica de problemas: utilizado en el ámbito de la gestión, consta de las siguientes fases: definir el problema, estar de acuerdo en el objetivo, identificar las soluciones que ya se han probado y han fracasado, comprender cómo podría empeorar la situación y, cual ha sido el escenario una vez resuelto el problema, dar pequeños pasos hacia atrás, resolver un pequeño problema cada vez.
Plan, Realiza, Revisa, Actúa: consta de las siguientes fases: Planificar analizando la situación, identificando las causas y objetivos y las pequeñas tareas a realizar, Realizar el plan a pequeña escala, Revisar que las pruebas den los resultados esperados y Actuar el plan que ha superado la comprobación.
Definir, Medir, Analizar, Mejorar, Controlar: definir los procesos críticos, los objetivos a alcanzar y los recursos necesarios, hacer una hoja de ruta; Medir la eficacia del proceso, Analizar los datos recogidos en el primer paso e identificar los puntos en los que se debe intervenir, Mejorar una solución para los puntos previamente identificados; crear un sistema de Control.