Tema 1 Principios del sistema integrado de transporte público

El concepto de transporte integrado implica la combinación de diferentes modos de transporte para maximizar la facilidad y eficiencia para el usuario en términos de tiempo, coste, comodidad, seguridad, accesibilidad y conveniencia. Dado el número de variables que intervienen y las diferentes capacidades técnicas y operativas de cada sistema de transporte, una buena integración es importante para desarrollar un sistema de transporte público eficiente en el que exista complementariedad. En definitiva, se trata de coordinar las infraestructuras y la planificación para garantizar la continuidad de las conexiones entre, por ejemplo, el autobús y el ferrocarril, la línea de autobús y el ferrocarril, etc. En lugar de actuar puramente en competencia entre sí, los modos deben complementarse. Desde el punto de vista operativo, esto puede incluir la integración de los billetes y las tarifas para permitir la transferencia de usuarios, etc.

Un sistema de transporte público integrado debe contribuir a:

  • El aumento de la demanda de transporte público.
  • Una experiencia más agradable para el usuario y una mayor satisfacción del mismo.
  • Un transporte público más eficiente y rentable.
  • Reducción de costes y generación de beneficios sociales y económicos de la inversión.
  • Generación de beneficios medioambientales, reducción de la congestión y la contaminación.

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1.1 Sistemas de billetaje y tarifas

1- A mediados del siglo XIX, coincidiendo con la revolución industrial y de los transportes, se produjeron los primeros viajes comerciales y el aumento de la movilidad personal y el intercambio en el territorio. En esta época se emitieron los primeros billetes de transporte en formato de papel y cartón para controlar el uso y el pago del servicio en diligencias, ferrocarriles y tranvías.

2- A finales del siglo XIX, con la creación de las primeras empresas de transporte (principalmente ferroviarias y tranviarias), se establecieron los primeros marcos reguladores de tarifas, horarios y líneas. A partir de entonces, los billetes comenzaron a expedirse “en ventanilla” en las estaciones de destino. Así surgieron el “taquillero” y el “inspector de billetes”, este último encargado de comprobar los billetes en el andén o durante el viaje.

3- Los billetes de papel y cartón preimpresos duraron hasta los años 80, cuando el uso masivo del transporte público hizo necesaria la mecanización de la emisión de billetes de transporte. Las primeras máquinas expendedoras de billetes se instalaron en las estaciones de metro y ferrocarril “metropolitano”. Gran parte de la red de tranvías desapareció con el desarrollo de las líneas de autobuses urbanos y la unificación de las tarifas en las zonas de circulación. En este servicio, seguían siendo los propios conductores quienes se encargaban de proporcionar el billete a los usuarios, en combinación con un sistema mecánico que certificaba los vales (normalmente para 10 viajes) comprados por adelantado.

4- A partir de entonces, se empezaron a dar pasos hacia la gestión integrada de los diferentes modos de transporte público. La integración administrativa y, sobre todo, la integración modal y tarifaria con la creación de los abonos de transporte con un título personal y válido para varios operadores de transporte (metro y autobús), supuso una revolución en los hábitos de uso del transporte público. Estos nuevos billetes y abonos introducen un sistema de banda magnética donde se encuentran los datos codificados del viaje, fácil de adquirir y validar en las máquinas expendedoras y de cancelación, sin necesidad de personas físicas para realizar esta tarea.

5- A mediados de los años 90, los avances informáticos permitieron implantar las “tarjetas inteligentes” como soporte del sistema tarifario. Este nuevo sistema de billetaje es una fuente de información para analizar la demanda, que ofrece múltiples ventajas:

– Facilita el acceso a todos los medios de transporte.   – Permite ampliar la oferta tarifaria.

– Reduce el coste de mantenimiento del sistema.   – Diversifica y amplía la red de ventas.

6- Hoy en día, el reto es un sistema tarifario integrado que permita a un pasajero realizar un viaje que implique transbordos entre diferentes modos de transporte con un único billete válido para todo el trayecto. El objetivo de un sistema tarifario integrado es animar a la gente a utilizar el transporte público simplificando el cambio entre modos de transporte para aumentar la eficiencia de los servicios. La implantación de un sistema tarifario integrado requiere la coordinación y cooperación de todos los proveedores de transporte público. Los problemas políticos, tecnológicos y de gestión del proyecto han provocado en algunos casos largos retrasos.

Esto implica la implantación de sistemas innovadores de billetaje y pago en el transporte público para aumentar la proporción de usuarios. Para que el uso del transporte público crezca, las ciudades deben asegurarse de que el sistema de precios y billetes sea atractivo, fácil de entender y esté ampliamente disponible en nuevos y accesibles puntos de venta (máquinas expendedoras en diferentes lugares, a través de Internet, teléfonos móviles, tarjetas inteligentes de pago sin contacto…). Las nuevas tecnologías benefician a estas formas de compra-pago.

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Uso de smartphones y tecnología NFC (Near Field Communication) para el pago en el transporte urbano.

La tecnología NFC, llamada “Near Field Communication” o “Contactless”, es una forma de que los dispositivos móviles y los smartphones se comuniquen con objetos, dispositivos y máquinas para transmitir información o autenticarse. NFC es una tecnología que permite la comunicación inalámbrica entre dispositivos para el intercambio de datos en distancias cortas (10 cm como máximo) basada en la radiofrecuencia RFID. Es diferente de Bluetooth, más rápida y más segura. Gracias a esta tecnología, el pago en medios de transporte será tan sencillo como acercar el teléfono al dispositivo de carga y la transacción se realizará automáticamente.

Para ello, se necesitan teléfonos móviles y tarjetas SIM compatibles con esta tecnología NFC. Además, los usuarios tendrán que descargarse una aplicación en su teléfono con la que podrán tener un control total sobre sus opciones de transporte en todo momento, como por ejemplo: consultar su saldo, recargar su saldo, acceder a los datos históricos de los viajes realizados, acceder a todo tipo de información que el proveedor de servicios de transporte quiera ofrecer, por ejemplo, cambios en una ruta por una incidencia o nuevos horarios… Según las experiencias realizadas en varias ciudades, la satisfacción de los usuarios con esta modalidad de pago es muy alta y han valorado muy positivamente esta nueva tecnología. Además, también es una buena solución para los operadores de transporte, ya que en el futuro podrán ahorrar en la instalación de terminales de punto de venta y de recarga de tarjetas de abono transporte.

1.2 Multimodalidad

El concepto de multimodalidad promueve la integración de diferentes modos de transporte y la movilidad sostenible, combinando varias formas de transporte público y/o privado en un mismo trayecto, junto con la integración de un sistema tarifario unificado. La aplicación de la movilidad multimodal requiere una cuidadosa planificación del transporte y de las infraestructuras urbanas, coordinando eficazmente los diferentes modos de transporte a costes asequibles para toda la población e integrando todos los servicios en uno solo.

En la búsqueda de la integración y el fomento de la sostenibilidad, el concepto de multimodalidad fomenta el uso y el buen acceso a los medios “tradicionales” de transporte urbano (metro, tren, autobús…), en combinación con otros medios como:

  • Movilidad activa: caminar y montar en bicicleta
  • Plataformas para compartir el coche: carsharing, motosharing…
  • El propio coche privado y el uso de aparcamientos disuasorios en las estaciones, etc.

Fuente: https://www.pexels.com/photo/people-inside-building-927816/

El aumento de la movilidad en las áreas metropolitanas se traduce en un incremento de los viajes multimodales. En la mejora de la movilidad intermodal se considera importante la influencia del tiempo de viaje, el tiempo de transbordo, la duración del trayecto, los costes y la facilidad de acceso a las estaciones.

El uso y el éxito de la multimodalidad dependen en gran medida de la comodidad del sistema. Los intercambios se convierten en un elemento clave para reducir el tiempo total del viaje. En general, se trata más de un proceso de integración que de presupuesto, con actuaciones poco costosas que faciliten las conexiones, mejorando la disponibilidad, la usabilidad y la comodidad para el usuario del transporte público. Una buena estación de intercambio (intercambiador-intermodal) pretende facilitar la orientación del usuario y minimizar la distancia y los desniveles entre los diferentes modos de transporte. Si, por un lado, el abono de transporte favorece económicamente los transbordos, los intercambiadores minimizan físicamente las transferencias entre los diferentes medios de transporte que confluyen en ellos.

Ejemplo de transporte público multimodal: https://www.bilbaointermodal.eus/es/estacion-intermodal.html

La Intermodal de Bilbao es un proyecto para conectar todos los transportes de la ciudad. Se trata de una estación subterránea con diversas instalaciones, como autobús, metro, tren, taxi, taquillas, alquiler de coches, cafetería, tiendas, etc. Dispone de un aparcamiento con 526 plazas y la última tecnología, así como una plaza central de 7500 m2 con zona de ocio.

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